En medio de la fría oscuridad de la madrugada de un lunes, se miraba a lo lejos luces de patrullas y un carro de bomberos, calles desoladas, un clic tras otro, algunos agentes de la policía volteaban a lo alto del puente de "La Concordia" en la delegación Iztapalapa en los límites con el Estado de México donde el cadáver de un hombre colgaba, con las manos amarradas y vendado de la mitad del cuerpo, el muerto era captado por algunos fotógrafos de nota roja.
Un taxista pasaba por el lugar comentó " yo me dí cuenta a las 5:30 am que pasé por aquí"; las luces que alumbraban la madrugada de otoño guiaban el camino de un hombre de baja estatura, con una gorra y las manos dentro del pantalón se detiene en una esquina, acomodó su mochila y volteó a ver el muerto, suspiró, su mirada vacía, sus palabras de hielo enfriaban aun más la madrugada "éste mundo es una mierda, que dios lo guarde en su santa gloria, hace poco una niña de tres años se colgó aquí cerca" comentó. Dió vuelta pronunció algunas bendiciones para quienes nos quedamos en el lugar y se perdió entre el frío, los carros y el amanecer que ya se acercaba.
La luz matutina comienza a pintar el amanecer, los bomberos comenzaron a rescatar el cadáver, las autoridades de la zona de Iztapalapa y de la policía de investigación comenzarán una investigación más por otro asesinato en la Ciudad de México,; "esto nunca lo habíamos visto aquí en Iztapalapa" comentaron algunos vecinos que temblando de frío y con los ojos de sorpresa entraron a sus casas, para comenzar los trabajos de un nuevo día.
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