Las
ruedas de las patinetas raspaban las paredes del Bowl, el sol hacía que el
concreto ardiera, la velocidad de las “tablas” y el vuelo de las largas cabelleras de los “patinetos
greñudos” refrescaban el ambiente.
Hey oh
let´s go! Desde una bocina sonaba ésta rolita entonadas por Los
Ramones, mientras que skates desafiaban la velocidad y sus saltos retaban a cualquier
estudioso de la de la gravedad.
A lo lejos se ve el cerro del Peñón Viejo casi desaparecido
en su parte de atrás con las cientos de casas que se instalaron ahí, las
mujeres se rifaban unos flip mentras los espectadores aplaudían cada intento y
cada truco realizado, cuando el concurso categoría libre comenzó los
alrededores del Bowl se atascaba de jóvenes participaban unos boquiabiertos por
los vuelos de un poblano greñudo que la banda felicitaba por su destreza.
Flips, ollies, velocidad, música, una que otra caída y las
tablas en el aire fue como celebraron en Iztapalapa el “día del Skate” gritaban
en un micrófono.
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